viernes, 31 de diciembre de 2010

¡¡Estamos en Cabo Verde!!



Llegar hasta aquí no ha sido fácil y lo de las fechas y las planificaciones es una cosa que poco a poco me estoy acostumbrando a dejar de lado, aunque todavía me cuesta. Después de La Gomera, fuimos al Hierro. La travesía fue buena aunque me sigo mareando cuando cambia mucho el viento. Es un mareo bastante llevadero. No es uno de estos en los que te quieres morir. Normalmente se pasa con una vomitona y no suele durar más de una horita.
   En El Hierro nuestra llegada fue un espectáculo. Llegamos a las 4 de la mañana a un puerto desconocido para nosotros, (La Estaca). En el que para nuestra sorpresa ¡No había pantalanes! Sino montón de fondeaderos “Homemade” y un montón de cabos sueltos por todos lados. Gracias a la habilidad del capi y a nuestras indicaciones, no nos enredamos con ninguno. Aunque estuvimos un par de horas buscando un lugar idóneo para fondear. Al final encontramos uno provisional, que nos duró hasta por la mañana cuando la policía portuaria vino a decirnos que el fondeo era privado. ¡Todo un jaleo!
    Aunque el espectáculo bueno no fue hasta que nos fuimos a cambiar de sitio. La policía portuaria nos había aconsejado abarloarnos al muelle, una pared de granito de 3 metros en el que a mitad había un saliente que con el cambio de mareas reventaba el Moskito. Así que intentamos buscar otro fondeadero con la ayuda de los Herreños  locales que se encontraban por allí. Pero resultó que el fondeo recomendado ya no estaba como estuvo y no se podía utilizar (o era mejor no hacerlo) Pero para darnos cuenta de eso nos pasamos 2 horas maniobrando en un “campo de minas” Para acabar abarloándonos al temido muelle, que más adelante nos daría la lata y mucho.
  Para todo esto y con la mitad del Hierro expectante a ver si nos reventábamos contra el muelle, ya habían llegado mis tíos y Pablo (a los que desde aquí les mandamos un saludo enorme) para llevarnos a comer. ¡CARNE!. La verdad que nos sentó muy bien y nos dio fuerzas y calorías para afrontar lo que se nos venía encima. Gracias a ellos el Hierro era como no haber salido de casa, ya que teníamos todas las comodidades (que ya echo de menos).
    La segunda noche, en la que pensábamos descansar, cuando llegáramos al Moskito después de un intercambio de conocimientos sobre blogs y experiencias en casa de mis tíos. ¿Cual fue nuestra sorpresa? Cuando llegamos y vemos que el Moskito tocaba contra el muelle y se estaba raspando. Los desperfectos no eran graves pero podrían ir a más. La decisión en medio de la noche fue: ¡Cambiarnos de muelle! Todo esto después de haber tirado el ancla por el través y mil cosas más que no dieron resultado.
    El otro muelle de El Hierro es La Restinga, a unas 2 horas de distancia. A las 4 de la mañana los capis ponen rumbo a La restinga con el Moskito y yo hago lo mismos pero con el jeep de mi tía. ¡Una matanza!
   Nos venía bien estar en La Restinga porque allí íbamos a bucear con Antonio y El TAMBORIL, el mejor centro de buceo de la Restinga. Preparamos 2 inmersiones porque queríamos ir al Bajón, una inmersión muy muy guapa con mucha corriente pero en la que disfrutamos como enanos. La otra que hicimos antes de calentamiento estuvo también increíble, bajamos a 27 metros y vimos un montón de pescados, a resaltar 3 medregales de unos 2 metros que se acercaron bastante a nosotros, un grupo de jureles y un mero que vino a darnos la bienvenida a su reino. Todo esto sin contar la especial luz y la preciosidad de los fondos Herreños.
    Bueno a todos mis amigos y familia del Hierro les mando un saludo grandísimo desde un ciber en Mindelo, Cabo Verde, y prometo ponerme desde que pueda para contar la llegada hasta aquí que no fue nada fácil, hasta el punto de hacerme reflexionar sobre si ¡este es el tipo de aventuras que me hace falta!
Un Beso para todos. Hasta la próxima entrada. Feliz año Nuevo!!!!





viernes, 17 de diciembre de 2010

¡Te echaremos de menos Serru!






        El  10 de diciembre de 2010 el Serru se despidió del Moskito Valiente, dejando la aventura de cruzar el Atlántico para otro momento. Desde aquí (Hermigua, La Gomera) el Moskito le manda un saludo.
        Nosotros al día siguiente nos fuimos de la Marina del Sur y volvimos a fondear en Los Cristianos donde pasamos un par de días, iniciándonos en la pesca, sin mucho acierto. Aunque seguimos intentándolo.
        Desde ahí y siempre con el permiso de la meteo nos vinimos de nuevo para La Gomera, ya que se espera una nueva borrasca y el fondeo está más resguardado. Llegamos el miércoles 15 de diciembre. Fondeamos en el Norte de la isla,  a sotavento, en la playa de Hermigua. Aquí  hay varios barcos más que al igual que nosotros esperan las condiciones idóneas para continuar con su ruta.
        Uno de ellos nos tuvo que rescatar, a Lourdes y a mí, cuando motivados salimos a probar el dinghy cerca del barco. Cuando llevábamos un rato dando vueltas, le dije a Lourdes que apagara el motor para encenderlo yo. Así familiarizarme con todo este material nuevo para mí. Lourdes apagó y me dejó su sitio para que lo intentara arrancar. Pruebo una vez y nada… un segundo intento y el motor que no arranca. Repasamos todas las cosas que hay que tener en cuenta y lo intentamos durante un par de minutos sin éxito. Entre tanto, con el alboroto y nuestras risas nerviosas, la gente de dicho barco, del que estábamos cerca, se estaba dando cuenta de que no podíamos arrancar y sin perder tiempo sacaron su zodiac (una súper bomba con caballete y todo) y nos vinieron a ``rescatar´´. ¡Que vergüenza! Cuando llegamos a nuestro barco, remolcados por su dinghy, Jose nos miraba con asombro y se preguntaba que ¿Qué nos habría pasado? Fue un poco cómico, ya que el motor está en perfectas condiciones y lo único que pasaba es que una vez que esté caliente no hay que darle al starter. (Cosa totalmente desconocida para nosotros) Pero bueno, esta simpática anécdota sirvió para conocer a nuestros vecinos y hasta programar un buceo juntos (A ver si vamos).
  Bueno me despido, un saludito y hasta la próxima entrada.          

jueves, 16 de diciembre de 2010

De Vuelta a Tenerife.

Dejamos La Gomera atrás, no sin antes pegarnos un buen atracón en una especie de ``guachinche caravana´´ con mi primito Julio Alberto, para recargar las pilas y navegar de vuelta a Tenerife. Allí terminaremos todos los trámites y por fin bajar hasta Cabo Verde. (O eso pensábamos)
    Vamos dirección a La Marina del sur. En Las Galletas. El puerto nos lo recomendó una pareja tinerfeña, dueños de un Beneteau 47.7 y vecinos de pantalán en La Gomera al que, en medio de la tormenta, rescatamos de un accidente, después de que su barco quedara sin gobierno en puerto.
   Ellos, como muchos otros barcos de nuestro finger, se quisieron cambiar a otra zona más resguardada del puerto. Cuando estaban en medio de la maniobra, dando atrás, se les rompió una pieza del engranaje del motor y se quedaron sin gobierno. A la deriva dentro del muelle con todos los barcos al lado. Entre todos logramos evitar que pegara contra los demás barcos que estaban atracados al lado a los que iba envistiendo. Hasta que por fin, con la ayuda de varios cabos, logramos atracarlo de nuevo en el mismo sitio donde estaba.
            Una vez en la Marina del sur, alquilamos un coche en Los Cristianos para poder hacer los trámites. Hicimos la compra, en Alcampo. Llenamos 3 carros de latas, agua, legumbres, frutas, verduras, conservas…  
    Al día siguiente fuimos al Siam Park, la entrada fue simpática, ya que llegamos en plan maxi guiris en las guaguas que ponen para los turistas. Guagua de dos pisos, descapotable y toda pintada con publicidad del Siam. En la entrada, Lourdes se da cuenta de que se olvidó uno de los twin tickets que habían comprado. Así, que tuvimos que movilizar a empleados y encargados para que comprobaran la existencia del ticket perdido. No hubo problema y la tecnología del señor Kirshner (creo que se llama así el dueño del parque) sirvió para dejarnos entrar sin ticket.


    Un saludito y les sigo poniendo al día. Ciao

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡Temporal!



    Los fuertes vientos y el mar de fondo nos cogieron en puerto. En San Sebastián de la Gomera, lo más fuerte fue el sábado por la noche. El Serru y yo nos habíamos cogido la noche libre para ir a ``Discomera´´. Los capis no se quisieron venir por que estaban  cansados. Menos mal que se quedaron velando por la seguridad del Moskito.
   Cuando llegamos sobre las tres de la mañana, vemos el alboroto que se había armado en nuestro pantalán. Todos los tripulantes de los barcos vecinos estaban reforzando todas las amarras y poniendo todos los cabos que tenían para intentar parar el constante movimiento de sus veleros. El pantalán soportaba tanta tensión que reventaron algunas de las uñas de fijación que lo unen al muelle y una de las cornamusas que nos aguantaba también reventó.
  Nuestros vecinos Franceses, no aguantaron y se fueron, desobedeciendo las ordenes del marinero de turno, para otro atraque que había vacío. Nosotros aguantamos a duras penas, sobre todo Jose que no pegó ojo en casi toda la noche.
  Al día siguiente por fin nos pudimos cambiar. Fuimos a un atraque medio inventado, ya que lo compartíamos con otro barco charter, alquilado por unos chicharreros bastante juerguistas pero con muy buen rollo. Con el barco ya seguro pudimos dedicarnos a hacer cosillas y a visitar.

 Alquilamos un coche y recorrimos todas las curvas de La Gomera,

para ir al bosque del Cedro y a Garajonay. ¡Precioso!



   Al día siguiente nos iniciamos en el buceo, hicimos una pequeña inmersión en la playa de la cueva. Hay muchísima vida, me impresionó la cantidad de peces trompeta (Aulostomus strigosus) que vimos y como colofón a nuestra inmersión, justo antes de subir a la superficie vimos una Tortuga. La raza está en discusión, yo digo que es una tortuga Carey (Eretmochelys imbricata), que a pesar de no ser muy común si que pasa por nuestro archipiélago. El Serru dice que era una tortuga boba (Caretta caretta) De las típicas.
  La inmersión estuvo muy bien, sobre todo porque hacía mucho tiempo que no buceábamos. Yo iba levantando una cantidad asombrosa de polvo y reventando a todos con mis aletas sin dejar de moverme y consumiendo oxigeno a saco. Jose y Lourdes tuvieron que ser remolcados para abajo cuando empezamos a subir, porque las botellas de aluminio, al vaciarse (según ellos) no pesaban mucho y con el poco aire que les quedaba dentro del chaleco se iban para arriba como un tiro.
  Pero bueno todo muy bien y llegamos todos sanos y salvos a la superficie después de casi una hora de buceo.

  Les seguiré contando, porque de todo esto ya hace tiempito, por el momento seguimos ``retenidos´´ en La Gomera después de haber pasado algunos días en Tenerife a la espera de solucionar unos problemillas con el seguro, para poder irnos hacia Cabo Verde.





sábado, 4 de diciembre de 2010

Rumbo a la Gomera.

 

    El día, viernes 3, se levantó junto a una pequeña brisa. Después de desayunar placidamente en la cubierta del barco, esa brisa se había convertido en un vientito de 20 nudos, demasiado justo para nuestro tenedero. Por lo menos para irnos y dejar sólo al Moskito, peleándose con el viento y las olillas del mar de fondo. Además, las predicciones eran que aumentara el viento, ya que volvemos a estar a la espera de temporal. (Uno detrás de otro).
   Tomamos la decisión de irnos de allí hacia otro sitio más seguro. Las opciones son; Los Gigantes o La Gomera. Se barajan y vemos que es mejor La Gomera. Aunque dejamos algunas cosas pendientes en Tenerife. Tocará volver a hacer la compra e ir al Siam Park, que ya tienen la entrada. Sería una pena perderla.
  La decisión está tomada, estibamos todo y ponemos rumbo a La isla Colombina. A esto ya es la hora de comer. El Serru y yo nos ponemos a hacer una pasta carbonara que con el movimiento del Moskito dudamos de si va a estar buena. Al final sale, y bastante mejor de lo esperado.
  Tras apenas 5 horitas de navegación llegamos al muelle de San Sebastián donde un marinero desganado nos recibe y nos indica el amarre. (Siempre nos toca en la otra punta de los puertos). Una vez en tierra vamos a los baños y nos pegamos una súper ducha, ¡por fin!
    Montamos las bicis plegables que están graciosísimas y nos damos un paseíllo por San Sebastián. Aprovechamos para comprar algo y hacernos una mega cena en el Moskito.
  Hoy, sábado, 04 de diciembre de 2010, aprovecharemos para visitar un poquito esta isla acantilada y llena de curvas. y por la noche: ¡¡ir a Discomera!!
 Un saludo y hasta la próxima entrada.

Las primeras noches fondeados.

     Estamos en Los Cristianos fondeados enfrente de la playa de las vistas, llegamos aquí después de navegar durante 9 horas desde Santa Cruz. Allí estuvimos  en el muelle de club náutico (que de náutico tiene poco) .Gracias a que el Serru es socio del de Lanzarote nos invitaron a atracar allí.
   Al principio nos acogieron de lujo, el comodoro salió a recibirnos al pantalán y se mostró bastante interesado por nuestra navegación y por nuestros destinos. Después no lo vimos más, pero lo peor fue que el día de la tormenta, cuando todo Tenerife estába en alerta roja extrema, llegamos al club y nos dicen que ¡no podemos seguir durmiendo en el barco! Son las reglas del club, (Después de dos días nos enteramos de esa regla) absurda desde nuestro punto de vista y totalmente contraria a nuestros intereses.
     Para no estar con problemas y para que las cosas no fueran a más aceptamos y nos fuimos a las chumbers! La casa donde pasé mi época universitaria, y en la que me quedo cuando me doy algún saltito por Tenerife.
    En Tenerife aprovechamos para visitar el Loro parque, los montes de Anaga y sobre todo hacer ruta gastronómica por todos los guachinches de la isla, dándoles a probar a nuestros capis valencianos nuestra variedad de comida canaria.
   Aquí en el fondeo el barco se mueve más que navegando (exagerando un poco)  por lo que no se descansa igual que en un puerto y más porque estamos con medio ojo abierto para que el ancla no garreé (se suelte).
    Por la mañana me pegué una nadadita hasta la playa  después algunos ejercicios en plan farsante y un súper desayuno, La tarde la pasamos en la playa, jugando al volley y tirando tiritos con el balón.
   Mañana (viernes) llega la tormenta y buscaremos algún puerto para refugiarnos. Ya les iré informando y poniendo más fotitos.
   Un saludo y hasta la próxima entrada.




sábado, 27 de noviembre de 2010

¡Estamos en Tenerife!

      Esto sólo es para dejar claro que en esto de la navegación los que mandan son Eolo y Neptuno. Ya que el estar tan pronto en Tenerife fue una decisión un poco forzada por las condiciones.
    Me quedó un poco de pena porque los capis se quedaron sin visitar las magníficas playas de Fuerteventura y sin ver la capital de la provincia de Las Palmas, pero bueno es una excusa perfecta para que vuelvan, (con o sin el Moskito).
   Todo salió bastante bien, salimos de Lanzarote a las 11 de la mañana, tras unas horitas de puesta a punto y de estiba de todo nuestro material en el barco. El destino en principio Fuerteventura… Pero a la altura de puerto del Carmen recibimos una llamada de nuestro capi en tierra que nos hace volver a consultar la meteo y recapacitar el rumbo. Rumbo directo a Santa Cruz de Tenerife. Lo malo que hay 5 nudos de viento y estamos obligados a navegar a motor. ¡Unas latas y dinero quemado!
   ¡Sobre las 19:00 recibimos una visita increíble! Una manada de delfines moteados (stenella frontalis) y comúnes, (delphinus delphis) ¡increíble! Aunque no se quedaron casi nada con nosotros, pero su fugaz visita causó una explosión de alegría entre la tripulación.
  Navegando hay bastantes horas muertas y más si vas a motor, donde tienes tiempo para reflexionar y espero que dentro de muy poco para aficionarme a la lectura...
   Después de cenar, tortilla de la madre del Serru, que por cierto estaba buenísima y ensaladilla de mi mama, que también estaba buenísima y me hizo sentir en casa con los inventos que sólo a mi madre se le ocurren; (berberechos en la ensaladilla), organizamos las guardias para la noche. El mar estaba como aceite, la luna llenísima, dueña absoluta del cielo, quitándole el protagonismo incluso a las mayores estrellas.
  Las guardias las hice con el Serru, la primera de 11:30 a 2: 30 fue muy tranquila, seguíamos a motor y sólo nos cruzamos con algunos mercantes pero a bastante distancia, la verdad no se m hizo nada dura. La segunda fue de 5: 30 a 8:30, esta fue mucho más divertida y más dura, ya íbamos a vela aprovechando los térmicos de la noche, el Moskito cogía velocidades de 9 nudos y acortábamos bastante distancia.

 


  A unas 15 millas de Tenerife ¡¡mi primer mareo!! Fue al llamar por radio a la marina de Santa Cruz desde la mesa de cartas, el estar ahí abajo y concentrado en la conversación me revolvió los yogures la naranja y una ciruela que había desayunado, y todo por la borda. Pero no me sentí muy mal y sólo unos minutos más tarde llegamos a puerto.
  Bueno un saludo y hasta la próxima entrada!!